lunes, 3 de octubre de 2011

Delgada e inocente

Yanina Gonzaga. Una chica de veintipico casi treinta, a punto de recibirse de licenciada en computación, con un cargo que ya la acostumbró a resolver complejos problemas matemáticos sobre seguridad informática internacional. Sin embargo, los fines de semana, con una cierta medida de agua vegetal, se vuelve una nena con ganas de jugar. Inocente pero con una sexualidad que la rebalsa.  Así es Yani. Puede sorprender con poco. Lo  acababa de hacer con sus deliciosos pezones (ver http://blackrabbitdejerry.blogspot.com/2011/09/sin-corselete.html ).
Como fuere, chicas, ya lo saben. Si quieren tener a un tipo a sus pies y sacarle lo que quieran, deben poner su pene desnudo, alzado y con la cabeza pelada sobre su estómago. Es preferible que el hombre este de pie. En esas condiciones, él entregará lo que sea. Y con gusto. Lo digo por experiencia. Yani me tenía de ese modo contra la pared de la habitación de la cama doble, aquel sábado en que me había incitado a abandonar el grupo y el sonido acompasado del jazz que se desarrollaba en el living contiguo, alrededor de la mesita ratona.
Aquí estábamos, la chica delgada con su torso desnudo, sus jeans grises. Arrodillada frente a mi pene. Su dedo índice, lo sostenía alzado contra mi estómago. Lo observaba. Yo no hacía más que respirar hondo y lento. Ella acercó tanto su rostro que su cabello negro corto carré tintineaba sobre mi piel inflamada y colorada. Casi lo iba a besar. En el abismo de mi suspiro.
Hubiera entregado todo. Hubiera obedecido lo que Yani me hubiera pedido, si no fuera porque se abrió la puerta del cuarto. Entró Belén. Mi amada novia Belu.
Sin dejar de sostener el pene con su dedo índice, Yani se puso de pie y miró a la recién llegada. Belu se acercó moviendo lento sus piernas de calzas negras y botitas cortas y redondeadas de taco y plataforma.
-Lo conseguiste, Yani –dijo-.
La otra asintió con la cabeza.
-Pero no como acordamos –agregó Belu-. No para que hicieras esto con Jorgito.
-¡Por qué! ¡Qué decís! –se quejó caprichosa-. Vos interrumpiste. Siempre me pasa lo mismo. Quiero lo que me prometieron.
Atemorizado, excitado e inmóvil, recordé la promesa que no llegué a escuchar hacía un par de sábados, la noche de fumadores (ver http://blackrabbitdejerry.blogspot.com/2011/06/el-tabaco-puede-marear.html ).
Ambas me miraron el rostro, luego bajaron la vista. Mi pene seguía erecto y presionado contra el estómago. Mis testículos, entre el vello, estaban tensos en su máxima redondez.
-Lo arreglaremos. Volveremos a fumar.
-¡Ufa! –se quejó Yani-.
-Tonta, esta vez te convido. Completarás la faena. Cambiate de ropa.
Del costado de la cama, Belu alcanzó una bolsa grande cuadrada de papel. La abrió sobre la colcha y sacó unas prendas pequeñas. Yani se entusiasmó. Me soltó de su dedo índice. Tieso, mi pene cayó y rebotó suave hasta quedar horizontal. Ambas rieron un poco.
Yani se quitó el pantalón gris y las chatitas. Cuando estuvo desnuda, tomó una de las prendas sobre la cama, y comenzó a calzársela por las piernas. Una tanga de tiro alto de látex negro que me resultaba familiar de la noche en que, juntos, fuimos cómplices de pasiones ajenas.
Yani se puso de espaldas a mi. Las piernas eran muy delgadas. Su cola angosta pero levantada. Apenas tironeo en la cintura y los elásticos del látex se escabulleron entre las nalgas. Con ayuda de Belu, se puso el corpiño negro del mismo material. Se encorvó un poco y se calzó unas botas altas de puntera afilada. Se volvió hacia mi y me miró a los ojos con una sonrisa siempre inocente. Parecía cómoda.
Por fin, se agachó delante mío. Con sus manos tomó mi pene, que había decaído un poco, y comenzó a sobarlo lento con la boca. Un enorme relajo se apoderó de mi.
Belu me separó de la pared y me acarició el cuello y los hombros. Se colocó a mi espalda. Sentí sus dedos. Bajé la vista. Yani movía la cabeza acompasada. Fue lo último que vi. Un pañuelo de seda sobre mis ojos. La caricia suave de Belu sobre el vientre. Y mientras mi conciencia se desvanecía sobre la cama, Belu me susurraba:
 -Jorge, amor de mi vida, vos también tenés que cambiarte de ropa.
Sólo una tenue trompeta de jazz. La puerta del cuarto se había abierto. Me preguntaba qué hora de la madrugada sería. Qué habría pasado con los chicos del living y la mesita ratona. Creo que se lo dije a Belu. Unos ruidos de madera. Quizás en el living. Ninguna voz.    

CONTINÚA en...
http://blackrabbitdejerry.blogspot.com/2011/10/dorada.html

2 comentarios:

  1. Es para mujeres o hombres? porque si es para público femenino no sé pero a mi me hablas del pene en el segundo párrafo y lo que menos hago es excitarme... y creo que hay suficientes eufemismos como para tener que escribir cabeza pelada, me gustan máslas metáforas, para mi son más excitantes que una imagen tan explícita xdd
    es muy obvio que toda la parte sexual tenga como referencia el pene, obvio y para mi un poco aburrido
    el último cachito me gusta más :)
    un saludo!

    ResponderEliminar
  2. Para hombres. Para mujeres. Para transexuales. No se. No se, no se para quien es. Solo escribo y me pierdo en lo mas oscuro y privado. me pierdo entre las mujeres, entre los hombres, entre las camas, los livings, los ambientes privados. La big city en un plano corto. Los amo. Amo los comentarios por esta via o por twitter. Asi y todo, hay que reconocer que se enganchan mas las mujeres. Pero eso podria no querer decir nada. Los hombres leen en silencio.

    ResponderEliminar